Siria – Año 2018
Este dibujo me lo regaló Wissam en Damasco.
Aunque, para llegar a Damasco, pasé muchas cosas.
Antes de entrar a Siria, bordeé el país por todos los rincones. Comencé en el kurdistán turco. La rocé desde la bella Harrán, a tan solo 25 kilómetros de su frontera. Una aldea famosa por sus tradicionales casas de adobe con forma de colmena. Un pueblo mítico, cuyo nombre, que deriva del acadio, significa carretera. De hecho, unía Damasco, Karkemish con la bella Nínive, desde donde era adorada la poderosa Ishtar, diosa de la fertilidad y la guerra. En Harrán, aquel día, escuché bombardeos. Yo me asusté. Para ellos, parecía ser la banda sonora de este enclave de las rutas de fronteras.
Harrán. Turquía
Harrán. Turquía
Harrán. Turquía
Seguí bordeando Siria. Retenes militares custodiaban la entrada a cada pueblo. Había lugares más tensos que otros. Me impresionó, y me refiero al control y olor a guerra, Diyarbakir, Mardin y sobre todo Cizre, la triple frontera que une Irak, Turquía y Siria. Cada pocos minutos se me acercaban para poner patas para arriba mi bolso y pedirme la documentación. Después de muchas explicaciones seguía mi camino. Y entré a Irak.
Cizre. Triple frontera
Cizre. Triple frontera
Cizre. Triple frontera
Cizre – El corazón del Kurdistán. Triple frontera entre Siria, Irak y Turquía
Cuando sellaron mi pasaporte, no podía creerlo. Si bien me habían dicho que Irak se dividía en dos, y que el kurdistán iraquí era tranquilo, luego entendería que, para una mujer sola, eso no es así. Sin embargo, ahí estaba. Al principio me observaban. Y digo más, no muy cariñosamente. Ya después, comenzaron a pararse los coches para ofrecerme unos kilómetros carretera adentro. No hizo falta que hiciera dedo. No. Aunque la primera impresión no fue la mejor, lograron sorprenderme, después de todo, los kurdos son kurdos, y la amabilidad es una de sus principales características.
Sakho, Irak
Camino a Sakh. Irak
Sakh. Irak
Duhok. Irak
Estaban en plenas elecciones. Se votaba en el kurdistán iraquí, no en el resto de Irak. Dentro de las fronteras iraquíes, el pueblo kurdo tiene peso. No así en los países vecinos.
Duhok. Irak
Me dirigía a Erbil: la capital del Kurdistán. Para muchos, la ciudad más antigua que ha estado habitada permanentemente. Testigo de asentamientos asirios, medos, persas, partos, sasánidas, árabes y otomanos. El lugar donde, por lo menos yo, he probado los más deliciosos baklavas.
Baklavas de ERbil. Irak
Erbil
Erbil. El Kurdistán
Campos yasidis en Devarón. Irak
Campos yasidis y sirios eran parte de la naturaleza. Donde quisieras mirar, te encontrabas con uno, dos, tres; y así hasta perder la vista en el horizonte. Curiosamente, ese era el horizonte sirio: allá, en Irak.
Me pasaron tres sucesos, todos ellos en casas de familias, que me hicieron adelantar la salida. Pero, ya les contaré, ahora intento llegar a Siria. Unos militares kurdos me invitaron a conocer sus familias. Me quedé con ellos todo el día. Así conocía el kurdistán más profundo.
Kasruk – El Kurdistán de Irak

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