Mesopotamia, el Fértil siempre creciente
El Fértil Creciente no es solo una zona; es más bien un momento clave en nuestro recorrido evolutivo donde, en una región determinada, el ser humano dejó de vagar por los parajes infinitos de nuestro planeta, para plantarse allí, donde todas las semillas se transforman, como nosotros, que dábamos un salto cuántico en la historia universal.
Se abría el telón con un nuevo capítulo llamado Neolítico. La escenografía, esta vez, era El Fértil Creciente; generoso por la entrega absoluta del agua y los ríos. Por allí pasa el Nilo, el Jordán, el Eúfrates, el Tigris y el rebelde Orontes*. Una región que recorrí por todos sus rincones; comenzando por el Kurdistán, siguiendo por Irán, Irak, Jordania, Siria, el Líbano, Israel, Palestina, el Sinaí, hasta llegar al valle del mítico Nilo.
Río Éufrates
Halfeti- Río Éufrates. Provincia Urfa. Turquía
Pasali, Turquía
Pasali, Turquía
Oasis del Tigris. DiyarbakIr. El Kurdistán turco.
Oasis del Tigris. DiyarbakIr. El Kurdistán turco.
Oasis del Tigris. DiyarbakIr. El Kurdistán turco.
Oasis del Tigris. DiyarbakIr. El Kurdistán turco.
Río Tigris- Dyarbakyr, Turquía
Éufrates- cerca de Kahta- Turquía
Kasser Al Yahud, río Jordán . cerca de Jericó. Palestina.
Kafr Alzarat. El delta del Nilo, Egipto.
Kafr Alzarat. El delta del Nilo, Egipto.
Esta zona, donde un día nos reciclábamos, ahora está plagada de bombas antipersonas, retenes militares, problemas fronterizos, guerras y miedos… pero, sobre todo eso: mucho miedo. Recordemos que cuando Noé desembarca del arca, los dioses lo obligan a hacer holocaustos en su honor. Sacrifica a cientos de animales, y es cuando estas entidades, sin freno, se arremolinan como moscas, deleitándose por el olor de tantas muertes, y tanto dolor. Y que hoy, como otrora, estos hábitos se perpetúan en Medio Oriente, haciendo un efecto rebote hacia todo el mundo.
El Atrahasis es una tablilla cuneiforme que data del año 1640 AC. En este poema se detalla la creación del nuevo mundo, del nuevo hombre y, sobre todo, se hace mención a la excavación de los ríos.
Los dioses tuvieron que drenar los ríos y limpiar los canales,
y las fronteras de la vida de la tierra.
Los dioses drenaron el lecho del Tigris,
y luego drenaron el Éufrates.
Atrahasis
Según el Atrahasis, los dioses menores, simples trabajadores de las autoridades «divinas», comenzaron a quejarse. El trabajo era muy duro y entraron en huelga. Tenían que redirigir las corrientes de los ríos, y ésto los extenuaba; se hacía insostenible. Enlil se encuentra en un callejón sin salida y acude a Anu, su padre, el Supremo, el Dios del Cielo, quien le aconseja que delegue a Enki, su hermanastro, el dios de las profundidades marinas, la creación de una nueva humanidad para suplir a estos dioses menores: los Igigi*.

¿Aún no eres miembro? ÚNETE